El masivo movimiento estudiantil secundario que sacudió Chile en 2006 develó las
falencias
1. del sistema educacional que, puesto en manos del mercado, ha generado profundas
brechas
2. entre ciudadanos devenidos en consumidores
3. Frente al conflicto social que supuso
una demanda por la recuperación del rol del Estado como educador, el sistema político
respondió regulando un servicio, generando la nueva Ley General de Educación, que mantiene
el lucro como pilar fundamental del sistema.
Los estudiantes secundarios se vieron obligados a desarrollar un movimiento basado
en estrategias de resistencia para hacerse escuchar, basados fundamentalmente en el uso
de la prensa de televisión para llegar a los hogares de todo el país y difundir sus
demandas. Para ello, contaron con dirigentes nacionales (voceros) que representaban la
postura de todos los estudiantes del país, lo que los hacía más representativos.
Fundamentalmente, este movimiento generó gran adhesión debido a ese carácter
participativo en el que todos tenían poder de decisión a través de asambleas. Este hecho
marcó una gran diferencia con el sistema político establecido -basado en la democracia
representativa-, lo que provocó grandes choques a la hora de llegar a acuerdos. Esto
debido a que en las mesas negociadoras que estaban compuestas por representantes del
Ministerio de Educación y los voceros del movimiento, los primeros pretendían
alcanzar acuerdos en las mismas reuniones, mientras que los voceros sometían las
decisiones a votación en las asambleas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario