Al estudiar el papel desempeñado por los estudiantes en la revolución cubana, no podemos dejar de tener en cuenta las tradiciones de lucha de este sector social en la historia del país.
En Cuba se dan algunas particularidades con respecto a otros países de América Latina. Es el último país latinoamericano que se libera del colonialismo español (1898), pero este retraso tendrá finalmente repercusiones históricas muy positivas. El movimiento liberador cubano se nutre de un pensamiento mucho más complejo que el del liberalismo europeo que inspiró las luchas independentistas de comienzos de siglo. La lucha contra España se vinculó de inmediato con la lucha contra los Estados Unidos. Un significativo número de estudiantes o recién graduados de la Universidad de La Habana tomó parte activa en esta gesta y algunos cayeron masacrados.
"Hacia los años cincuenta un programa martiano era un programa revolucionario para Cuba, aún tomado literalmente" -sostiene el sociólogo argentino Juan Carlos Portantiero- quien realiza un estudio del movimiento estudiantil en América Latina desde 1918 hasta 1938.(1)
El pensamiento martiano y el pensamiento marxista confluyen en la década del veinte alrededor del movimiento de la reforma universitaria. Dentro de este marco, Julio Antonio Mella, su gran impulsor, y más tarde fundador del Partido Comunista, promueve la creación de las universidades populares José Martí y, al mismo tiempo, está convencido de que no hay reforma universitaria sin revolución.
La reforma universitaria en Cuba sigue un proceso similar al de otros procesos de América Latina. "En un principio los estudiantes que en 1923 crearon la federación universitaria obtienen las mejoras académicas solicitadas, amparados por el gobierno liberal de Zayas. Al culminar el mandato de éste se abre una época de represión bajo el gobierno de Gerardo Machado que suprime las conquistas reformistas, clausura la universidad y persigue sangrientamente al movimiento popular. Sicarios de Machado asesinan a Mella en México.
"Las reivindicaciones democráticas de la lucha antidictatorial se suman a las nacionales de la lucha antiyanqui centradas en el objetivo de la anulación de la enmienda Platt, un apéndice constitucional que protocolizaba la sumisión política a Norteamérica y sacuden en esos años a las clases medias cubanas. La crisis del 30 radicaliza aún más a la pequeñaburguesía. En 1927, al sancionar Machado una ley que le permitía mantenerse 10 años en el poder, los estudiantes crean el primer Directorio Estudiantil Universitario, inaugurando una forma de expresión política autónoma de los estudiantes, que luego irá adquiriendo gran importancia, en las sucesivas crisis, ya sea en 1933 o en 1959. Uno de sus fundadores es Antonio Guiteras, una de las más destacadas figuras del movimiento revolucionario de los años 30. El joven dirigente político revolucionario realizó algunas acciones armadas urbanas y rurales contra Machado y planificó un plan de asalto al Cuartel Moncada.
"En 1933 ya la situación para Machado se había transformado en insostenible. Uno de los pilares de la resistencia es la organización universitaria. En el mes de agosto una huelga general <lo> derroca <...>; el poder es ocupado por un gobierno ligado a los Estados Unidos pero sin fuerza suficiente como para impedir la creciente movilización popular. El Directorio Estudiantil entra entonces en negociaciones con un directorio de suboficiales del ejército entre quienes se hallaba el sargento Fulgencio Batista; el 4 de septiembre el gobierno conciliador debe renunciar y, de acuerdo a lo que afirma Blas Roca, 'los soldados entregaron el poder, prácticamente, al Directorio Estudiantil'(2). A los pocos días es electo presidente el profesor de medicina Ramón Grau San Martín a quien se le llama el 'presidente de los estudiantes'."(3)
Un personaje central de este gobierno es Antonio Guiteras. El ex dirigente estudiantil, intransigente luchador antimachadista, sabía, sin embargo, que la lucha debía ir mucho más allá que un simple cambio de hombres, estaba convencido de la necesidad de realizar en Cuba profundas transformaciones sociales y que para ello era necesario terminar con la situación neocolonial en que vivía el país.
En el seno del llamado gobierno de los Cien Días, Guiteras sostuvo una intensa lucha contra Grau y el resto de los elementos de derecha que fueron adoptando posiciones cada vez más reaccionarias, y contra Batista, jefe de las Fuerzas Armadas. Mientras estos querían limitarse a poner en vigor las libertades burguesas ahogadas por Machado, Guiteras se había trazado como objetivo comenzar la aplicación de las primeras medidas y leyes verdaderamente revolucionarias contra el latifundio, el capital extranjero y por el mejoramiento de las condiciones de vida del pueblo. "A pesar de ser una pieza aislada en ese gobierno <...>actuó de tal forma que impuso medidas realmente radicales." Pero la "efímera vida del gobierno y las propias circunstancias de la época -...- no hicieron posible la realización plena de ese programa de liberación nacional y antimperialista..."(4)
La rebelión estudiantil en el poder duró poco. Muy pronto los elementos derechistas y reaccionarios dentro del gobierno se dejaron "arrastrar por el anticomunismo", se empezó a "reprimir ferozmente la lucha de los obreros azucareros <y> se atacó sangrientamente manifestaciones populares y antimperialistas..." Grau renunció y volvieron al gobierno los sectores más reaccionarios y proimperialistas y "Batista, con el aparato militar en sus manos, tomó su efectivo control."(5)
En mayo de 1934 Guiteras, que había pasado a la clandestinidad, funda la Joven Cuba organización para la lucha armada, antidictatorial y antimperialista, que postula el socialismo en su programa. Un año más tarde, a los 27 años, es asesinado en El Morrillo, cuando iba a partir de Cuba hacia el extranjero para organizar, con algunos latinoamericanos, La Joven América y preparar una expedición armada para regresar a combatir a Batista.
"Pese a todo -señala Portantiero-, la revolución de 1933 queda como un antecedente político notable en la historia de Cuba cuya herencia se recogerá, triunfal, a mediados de la década del 50. Fue, además, el punto más alto que la movilización estudiantil alcanzó en América Latina cuando la reforma echó a andar su proyección política. En la revuelta que derrocó a Machado confluyeron los elementos peculiares de la formación ideológica de Cuba: el nacionalismo democrático martiano como programa del presente y no del pasado; su vinculación con las tradiciones locales del socialismo; la fusión entre clases medias y sectores populares que cristalizó la reforma universitaria; el peso de la juventud como elemento dinamizador, detonante, de la actividad política en el resto de la sociedad."(6)
Pocos años antes del golpe de Batista, el 10 de marzo de 1952, el movimiento estudiantil de la Universidad de La Habana, había sufrido, sin embargo, una profunda crisis debido a la corrupción y politiquería de sus dirigentes. Los cargos estudiantiles eran utilizados para escalar posiciones políticas. No obstante, algunos estudiantes se oponían a la situación imperante y se esforzaban por rescatarlo para colocarlo a la altura de sus tradiciones históricas. Entre ellos se destacó, Fidel Castro, que empezó a militar en el Partido Ortodoxo(7) a fines de los años cuarenta, llegando a formar parte de su ala más radical, y otros universitarios como Alfredo Guevara y Lionel Soto, militantes del Partido Socialista Popular. Ellos representaron "las ideas más avanzadas del estudiantado en la década de 1940-1950."(8)
Concretamente Fidel llegó a ser presidente de la Escuela de Derecho, presidente del Comité Pro Democracia Dominicana en la Universidad de La Habana, participó en la abortada expedición contra Trujillo en 1947, se convirtió en el centro de la lucha contra el gobierno de Grau dentro de la Universidad y fue el promotor de la organización de un Congreso de Estudiantes Latinoamericanos en 1948, simultáneo y en el mismo lugar en que se efectuaría la reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA), para impulsar la lucha contra el imperialismo y las tiranías en América Latina.(9)
Antes del 10 de marzo de 1952, el movimiento estudiantil universitario ya se encontraba depurado de sus elementos más corruptos y había mantenido una actitud combativa contra la gestión presidencial antipopular de Carlos Príos.
Y cuando, en esa fecha, se produce el golpe de Estado de Fulgencio Batista, los estudiantes fueron "la única fuerza social relativamente organizada" que opuso una resistencia visible instantánea al dictador.(10)
Analizando el movimiento estudiantil cubano desde el golpe del 10 de marzo del 52 hasta el triunfo de la revolución, el 1o. de enero de 1959, creemos poder distinguir, dentro de un proceso de ascendente radicalización de este movimiento, las siguientes etapas:
Primera etapa: predominio de una actitud oposicionista declarativa, en la que existen movilizaciones de masas de diferente envergadura, pero sin grandes enfrentamientos con las fuerzas represivas (10 de marzo-27 de noviembre de 1952).
Segunda etapa: enfrentamientos cada vez mayores con el aparato represivo por parte de la vanguardia estudiantil (26 de noviembre de 1952-26 de julio de 1953).
Tercera etapa: radicalización de la masa estudiantil producto del asalto al cuartel Moncada, lo que permite que las posiciones más combativas conquisten la hegemonía en el movimiento estudiantil (26 de julio 1953-fines de 1955).
Cuarta etapa: inicio de la actividad de grupos armados en apoyo al movimiento estudiantil de masas y una mayor confluencia de luchas con otros sectores populares, y especialmente con la clase obrera (fines de 1955-marzo de 1957).
Quinta etapa: paro universitario indefinido hasta el triunfo de la revolución, siendo la forma de lucha fundamental la guerra de guerrillas en el campo. En esta etapa el Movimiento 26 de Julio y su principal conductor, Fidel Castro, conquistan la hegemonía del movimiento estudiantil y se transforman en la vanguardia indiscutida de la lucha antibatistiana (13 de marzo de 1957enero 1959).
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